sábado, 27 de diciembre de 2008

viernes, 26 de diciembre de 2008

lunes, 22 de diciembre de 2008

Amor y Lujo... Live

Me quito el sombrero

Con ustedes dejo a toda una Diosa... ella sabe de nosotros y de ella nosotros sabemos màs aún sólo esperamos que pise pronto suelo venezolano... ahi les dejo con un fragmento.

Europa Live

El retorno de la Tarantula...to be continue

Para celebrar el retorno de la Pantera de España algunas de las entradas del blog seran dedicadas a ellas, espero les guste...

El retorno de la Tarantula...

El momento de un buen masaje

Ese día estaba especialmente cansado, reuniones intensas de trabajo, un promedio de 80 horas semanales de trabajo, estaba muerto, si no tomaba un masaje y un sauna para relajarme no podría terminar las actividades que tenía asignadas. Le dejé indicado a mi secretaría que no estaría disponible las siguientes tres horas y me dirigí al Club Empresarial, el más exclusivo y prestigioso de la ciudad, del cual era socio desde ya varios años.

Al llegar me saludaban por mi nombre, yo era famoso por las propinas y siempre era atendido como todo un empresario de éxito envidiado y solicitado por muchos. Al llegar al área húmeda, me percaté que había un nuevo muchacho o valet, que me ayudó a desvestirme, el muchacho era callado, un tanto serio, pero muy atento.

Delgado, pelo obscuro, unos ojos con unas grandes pestañas y cejas pobladas, labios gruesos. ¿Cuantos años tienes le pregunte?, 18, me contestó, ¿cual es tu nombre?, Harold. ¿Sabes dar masaje?, estoy aprendiendo, pues bien tendrás tu oportunidad, así que tú me darás el masaje, si me agrada te daré una buena propina, de lo contrario las gracias, así que esfuérzate.

El muchacho se entusiasmó y mientras fui al sauna, él preparó el privado para masajes y llevó los implemento tal como aceites y velas con olores. En el sauna comencé a pensar en el muchacho, la firmeza de sus rasgos y sus gestos, masculinos pero aun con cara de niño, me lo comencé a imaginar desnudo, la verdad es que me comencé a excitar, con el calor y el sudor que me bajaba, tomé una ducha fría para ver si esto la detenía pero por el contrario al ver de reojo al muchacho por la ventanilla del sauna me puso aun más caliente.

Al salir me dirigí al privado que me tenían asignado, allí le dije al muchacho que tendría que seguir todas mis instrucciones ya que era por demás exigente y que adicionalmente deseaba que él aprendiera. Él, aunque un poco nervioso me dijo que no tuviera pena que él haría todo lo que yo le ordenara. Pues bien, primero comenzaras por mi espalda, me acosté totalmente desnudo, le pedí que apagara la luz, luego las velas y algo de música suave.

El chico realmente estaba nervioso, aunque se esforzaba, primero me echó el aceite y comenzó a masajear suavemente a lo largo de la espalda, mano firme le solicité y él continuó hasta mi glúteo, al sentir su mano le pedí mayor dureza, sin pena le dije, y comenzó por darme un masaje en cada mejilla de las nalgas, comencé a elevar mi colita y él comprendió que me gustaba, luego torpemente deslizó la mano entre mi raya, continúa le dije y él obedeció.

A todo esto una de mis manos reposaba a un lado de mi cuerpo, casi al borde de la camilla, fue cuando él se esforzaba por continuar su masaje, que su bulto quedó sobre ella.

El roce con mi mano caliente lo comenzó a poner duro y yo como si no me diera cuenta aceleraba el proceso al no permitir que se despegara de mi mano. En ese momento le dije al muchacho, desvístete, te daré yo el masaje, por que quiero que aprendas como darlo.

Él se sorprendió pero acto seguido se despojó de su camiseta, dejando ver un cuerpo aunque delgado bien contorneado, quítate el resto le dije con firmeza y quitándose el pantalón quedó con el calzoncillo puesto, y se acostó. Comencé por echarle el aceite y darle un masaje de espalda, luego al llegar al borde del calzoncillo, metí mi mano y comencé a masajear suavemente, luego bajé a su pierna y metí mano entre la misma, sentí sus huevitos, redondos y suaves, sentí que su palo por atrás estaba duro…

Luego le dije que se volteara, él obedeció aunque un poco apenado, y era normal en ese momento él estaba a mil, con el pene erecto aprisionado por el calzoncillo, yo no dije nada y comencé por el pecho, luego su estómago para luego pasar a su vientre bajo, en ese momento le dije tengo que quitarte el calzoncillo, a lo que no respondió, entonces pude apreciar su pene, no muy grande pero bien proporcionado y ante todo virgen, sobé por un lado y luego por entre la pierna, el muchacho solo suspiraba, no decía nada, solo gozaba, no resistí y me bajé mi cabeza hasta su pene y lo comencé a saborear, sabía a sudor y a un olor de hombre joven, mezcla de talcos y del aceite de bebe que le había echado.

El muchacho no pudo resistir y se fue, me tragué todo su semen y le pregunté qué te ha parecido mi masaje, él contesta increíble, pues bien ahora te toca a ti poner en práctica lo que has aprendido y un poco más, él descendió presuroso de la camilla, quedándose desnudo.

Una vez tendido boca arriba con mi pene bien erecto el muchacho comenzó a masajearme, sin decirme nada, bajó su cabeza y comenzó a chuparme las tetillas, mientras sus manos bajaban a mi entre pierna, rozando mis testículos, luego con su lengua bajó a mi ombligo y por último contorneó la cabeza de mi pene, hasta meterla a fondo de su boca, la cual succionaba increíblemente, rozando su lengua sobre mi frenillo.

Todo era una maravilla, en ese momento el muchacho se subió sobre mí y comenzó a frotar su pene contra el mío, Yo comencé a tocar el hoyito de su ano, el cual comenzó a dilatarse, hasta que lo senté sobre mi pene.

Al principio le dolía, pero pronto lo jalé hacia mí y nos dimos un beso apasionado, mientras esto sucedía él comenzó a moverse de arriba para abajo, mientras que su hoyito virgen daba de contracciones, La frecuencia fue mayor hasta que no aguanté dejando ir mi baño de semen dentro de su recto, él al sentirlo comenzó a masturbarse y acabó prácticamente al mismo tiempo.

Ambos estábamos cansados pero satisfechos y yo especialmente relajado. Le pregunté que te ha parecido el masaje y él me respondió con picardía, ¿qué le ha parecido a usted el masaje? Fantástico le respondí, te has ganado más que una buena propina, sin duda serás mi masajista personal.

Ahora cada vez que me siento tenso y fatigado me dirijo al Club con mi joven masajista.

Lindos perfiles... jajajaja



sábado, 20 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

sábado, 29 de noviembre de 2008

domingo, 23 de noviembre de 2008

100 publicaciones

Gracias por la preferencia, ya son 100 las publicaciones y ustedes son los unicos que hacen posible cada foto y cada relato, este en especial va dedicado a Carlos Adrian... espero les agrade.

Era una de esas noches donde el aburrimiento a uno lo obliga a entrar en alguna sala de chat y ver que se puede encontrar. Después de varios minutos frustrantes llegó a mí un mensaje de "Carlos", 40 años, residenciado cerca de casa. El encuentro no era imposible. Chateamos durante casi una hora donde nos contamos varias cosas, hasta que por supuesto, el sexo entró entre nuestras palabras y como la cosa se iba poniendo caliente, me sugirió seguirla vía webcam, puesto que yo no tenía cámara, él se ofreció a mostrarse.

Yo acepté. El recuadro que se abrió ante mí dejaba ver un hombre muy lindo, aunque la imagen era media difusa se adivinaba un hombre con todas las de la ley. Y por supuesto, comenzó a desvestirse hasta que pude ver un miembro de unos 19 cms. Nuestro chat caliente continuaba y él se pajeaba cada vez más rápido ofreciéndome unos planos dignos de película porno. Yo estaba a mil, me pajeaba siguiendo su ritmo, hasta que acabamos casi juntos de una manera brutal.

Días después recibo un mail donde Carlos me avisa que si quería nos podíamos ver. De inmediato le respondí dándole mi dirección y mi teléfono. Pasaron unos días más, yo me encontraba en casa leyendo unas revistas, y el sonido del teléfono me hizo recordar la imagen la webcam...¿Sería él? Sí, lo era.

Quedamos en que esa noche pasaba por mi casa para cenar. Preparé una rica comida, y a las ocho en punto el timbre me anunciaba que mi nuevo amigo había llegado. Al verlo comprobé que era realmente un galán, estaba vestido con unos jeans y una camisa. Esos pantalones dejaban ver un bulto considerable que hizo que mi imaginación se dispare por las nubes y mi calentura creciera terriblemente. La cena fue divertida, nos reímos y nos contamos muchas cosas. Mientras yo preparaba café, Carlos sintonizó en el televisor el canal porno, y obvio, se empezó a calentar. Le pregunté si no quería ponerse más cómodo, y sonriendo me dijo que sí. Se quitó los zapatos, y se bajó los pantalones. El verlo en boxers y camisa me superó, le dije que si se quedaba mucho tiempo más así no respondía de mí. Él volvió a reír y me dijo "haz conmigo lo que quieras, para eso vine".

Dejé la preparación del café de lado, y me acerqué a Carlos. Uno a uno fui desabrochando los botones de su camisa, si bien a mi me gustan lampiños, y Carlos no era uno de ellos, el tenerlo tan cerca me calentaba muchísimo. Comencé a pasarle la lengua por las tetillas, dando suaves mordiscos en cada una de ellas, una de mis manos ya se había adueñado de su pene por sobre la tela del boxer, y le hacía una especie de paja que le advertía a ese miembro lo que vendría después.

El cerró sus ojos y se dejó caer sobre el sillón que estaba a su lado. Yo me arrodillé frente a él y comencé a pasarle la lengua por la zona del ombligo. Los gemidos iban en aumento hasta que escuché medio entrecortado "chupámela". No lo hice desear más, le bajé los boxers y esos 19 cm de carne húmeda ya por los líquidos preseminales quedaron al aire libre y a entera disposición de mi boca. La punta de mi lengua empezó a jugar con su glande mientras una mano mía envolvía ese tronco y lo pajeaba con suavidad.

Mis labios comenzaron a succionar la cabeza del pene de Carlos, para finalmente deslizarse hasta la garganta. Me tragué ese güevo llenándolo de saliva una y otra vez, metiéndomelo bien hasta el fondo y sacándolo despacio dejando un hilo de saliva que hacía las veces de lubricante facilitando el sube y baja que se estaba dando. Estuve así unos cuantos minutos, hasta que sentí que se vendría, entonces me lo saqué de la boca y comencé a trabajar en sus bolas. Estos eran grandes y hermosos. Pasaba mi lengua entre ellos. Atrapaba uno con mis labios y lo retenía en la boca unos instantes, para luego dejarlo caer y agarrar el otro. Este jueguito ponía loco a Carlos, me decía que siguiera, que le gustaba mucho eso. Y yo seguía. Para eso están los amigos pensé. Mientras, me fui bajando los pantalones y con mis propias manos lubricándome con mi saliva fui dándome pequeños masajes en mi culo.

Cuando me noté bien lubricado, me senté encima de él, colocando una de mis rodillas a cada lado de su cintura, facilitando de esa forma la entrada de su pene en mi culo. Entró todo de un golpe. Fue espectacular, mis movimientos y los de él empezaron a marcar un ritmo que hacía que prácticamente mi cuerpo se deslice sobre el suyo. Yo subía mi cuerpo para luego dejarme caer hasta el fondo otra vez y sentir como uno a uno los 19 cm de carne que se deslizaban en mi interior. Los movimientos se hicieron cada vez más rápidos. Carlos me avisó que estaba por acabar, entonces me lo saqué y tirándome a su lado me llevé su pene nuevamente a mi boca que estaba lista parta recibir su semen. Se lo chupé unos instantes y unos chorros de esperma caliente inundaron mi boca. Él me pidió que me lo tragara y así lo hice, para luego seguir chupando y limpiando bien ese pene que tanto placer me había dado.

Yo estaba totalmente al palo, entonces le pedí a mi amigo que jugara con mis tetillas, y así lo hizo, con una mano apretó un pezón y la otra empezó a buscar mi culo nuevamente hasta encontrarlo, y dos de sus dedos comenzaron a jugar allí provocando en mi una acabada de lujo. Nos quedamos un rato allí, disfrutando de una escena que en la TV mostraba a un rubio impresionante dándole por el culo a una pelirroja.

La tentación se adueñó de mi una vez más y al notar que el miembro de Carlos volvía a crecer, comencé una segunda chupada. Esta vez más rápida, casi con desesperación. Él gemía y apretaba mi cabeza enterrándome su pene hasta más allá de mi garganta. Hasta que explotó nuevamente, mientras decía "acá está la leche para el gatito". Yo tragué y tragué.

Luego, nos fuimos a bañar. Allí sucedieron algunas cosas más que interesante que hicieron que Carlos se quedara tres días en mi casa disfrutando del buen sexo. Y les aseguro, que en vivo y en directo, no se compara con las camaritas.

Algo de sensualidad



viernes, 21 de noviembre de 2008

Amulet by Shakira




Aunque el nuevo producto de Shakira será lanzado el próximo año, casi en forma simultánea con su nuevo álbum y su gira de conciertos, ya fue expuesto en un pabellón de Tax Free World Asociation (Tfwa), una importante feria de cosméticos y fragancias que anualmente se realiza en el Palacio de Festivales en Cannes, Francia.


El perfume llevará por nombre ‘Amulet’ (‘Amuleto’) pensando que seguramente este no será el primero. El envase fue inspirado en el cuerpo de la dueña de las caderas más famosas, en el que se refleja la mezcla étnica de la artista: su alma y sensualidad latina, lo mismo que su ascendencia árabe. Los colores utilizados tanto en el frasco como en su empaque son rojo y dorado. Alrededor de la botella lleva un dije, diseñado por Shakira, que podrá ser usado como pendiente o brazalete, ya que viene colgado con una cinta de cuero.


Los ejecutivos de Puig resaltaron que Shakira, como artista integral, estuvo muy involucrada en cada detalle de su fragancia, la cual tiene una salida verde muy fresca con notas de fondo maderosas y algo especiadas.

El nombre del producto lo puso la artista barranquillera porque, según sus conocimientos de antropología, que estudió en una universidad de Estados Unidos, el ser humano es muy dado a tener y creer en amuletos para que los proteja.

La mayoría de los visitantes a la feria Tfwa hacían un alto en el luminoso stand donde fue expuesto el perfume, que fue ambientado con música de la cantante y un video. Previamente ha sido montado un spot publicitario en el que primero se escucha una ovación y luego aparece una modelo que se encuentra concentrada en un camerino. Antes de salir al escenario para un concierto, esta se coloca un amuleto de la buena suerte para triunfar. En la grabación, Shakira reemplazará a la modelo.

¿Qué opinan?



domingo, 26 de octubre de 2008

domingo, 19 de octubre de 2008

Q tal....


cute face



Bear series



De aqui y alla




El supermercado

Estaba en la caja, parecía nuevo (al menos yo no lo había visto antes) y era como un sueño: alto, delgado, como de 18 años, con un pelo rubio que le caía con gracia a ambos lados del rostro, con unos ojos verdes claros preciosos. Me fijé con disimulo en el momento de pasar por caja y vi que en el bonito pantalón blanco que vestía, entre dos prietos muslos, se abultaba un paquete que no era normal. Pero el chico no parecía estar en otra cosa que en cobrar y cobrar, sin una mirada que diera pie a nada. En fin, como eran bastantes los productos que me llevaba, dejé dicho que me lo enviaran a casa, y así pude hablar un poco con el chico, mientras se lo encargaba. Pero me fui desilusionado, porque no parecía "entender"...

Ya por la tarde, estaba pajeándome, imaginándome dentro de la ducha con aquel chico, cuando, de repente, ¡riiiing!, el timbre. ¿Quién podría ser?

Salí de la ducha chorreando agua. Tome la primera toalla y llegue hasta el intercomunicador, tenía el güevo como un mástil, pero esperaba que no se notara demasiado con la toalla. Cuando contesté, me dijeron que era del supermercado. Vaya, hombre, qué inoportuno. Bueno, a recibir al chamo de los recados y a seguir después pensando en aquel ángel vestido de dependendiente de súper...

Cuando abrí la puerta me quedé de piedra... era él, el mismísimo chico que me atendió, cargado con los paquetes que dejé encargados. Entre los abultados paquetes, más abajo, se marcaba, en los pantalones blancos, aquel otro paquete que parecía casi más grande que los otros...

-Hola, le traigo los paquetes... es que el chico del despacho se ha enfermado, así que...

Vi cómo se fijaba en el bulto que se me mantenía erguido bajo la toalla, y ésa mirada no pareció disgustada.

-Pasa, pasa --le dije.


Cuando llegó a la cocina, el chico me preguntó:

-¿Dónde se lo pongo?


Yo pensé en ese momento, fantaseando con el guevo que atesoraba en su entrepierna, "pónmelo dentro de la boca, cariño...". En lugar de eso, dije:

-Ponlo ahí en el suelo, ahora ya lo colocaré yo en su sitio.

El chico estaba de espaldas a mí y se agachó para colocar los paquetes en el suelo. El pantalón le estaba ajustadísimo y, por un momento, el culo se le marcó de una forma increíble. El guevo me saltaba bajo la toalla. Estaba terminando el chico de colocar los paquetes cuando sucedió lo inesperado. El pantalón, de tan tenso como estaba, se le descosió por la costura del culo, de arriba abajo, como un melón. ¡Raaaaas!

El muy puto no llevaba calzoncillos, así que, por un momento, tuve una visión angelical: un culo firme y blanco, en cuyo centro podía verse un agujero oscuro y prieto, lo más próximo a una visión del paraíso. El chico se levantó enseguida, totalmente enrojecido. Pronunció alguna disculpa ininteligible, pero yo vi mi oportunidad.

-No te preocupes, te puedo prestar unos pantalones para que llegues al supermercado. Ven conmigo.

Lo cogí del brazo con suavidad. El chico estaba rojo pero me percaté que no dejaba de echarme miraditas al bulto que latía como un tambor bajo la toalla. Lo llevé hasta mi habitación, saqué un pantalón del armario y se lo eché sobre la cama.

-Creo que somos de la misma talla, pruébatelo.

Vi que el chico estaba un tanto azorado por quitarse el pantalón.

-Mira, para que estemos en igualdad de condiciones, yo también me quito la toalla, ¿vale?

Dejé caer la toalla al suelo, y mi polla, li
bre al fin de aquella cárcel, se elevó: 20 centímetros de carne ansiosa apuntaron hacia el chico, que se quedó con la boca abierta ante lo que veía. Maquinalmente, se quitó el pantalón, y, ¡oh, sorpresa!, dejó ver no menos de 25 centímetros de carne empalmada... el chico se había "animado" con todo lo que había pasado.

Me acerqué al muchacho y le toqué el guevo. Pegó un brinco, y no me lo pensé más: me puse de rodillas y me lo metí, con mucho cuidado, dentro de la boca. Al principio se resistía: era muy grande, uno de los más grandes que me había comido, pero no se iba a quedar fuera ni un centímetro. Estaba caliente y duro; notaba con mi lengua las grandes venas hinchadas, llenas de sangre, que lo convertían en un auténtico trozo de carne. Conseguí llegar hasta el fondo, y comencé a cojerlo con la boca, una vez, y otra, y otra más, mientras le masajeaba las bolas, que notaba a reventar. Explotó, en una de éstas, y lo sentí llegar por las contracciones. Lo recibí en la lengua, formando con ésta un pozo donde el néctar se fue depositando; sepulté después la verga del chico dentro de mi boca, que estaba plena con su cargamento de leche, y me dediqué a mamárselo mientras me tragaba, paladeando lenta, despaciosamente, todo el semen.

Cuando no hubo quedado ni una gota, me levanté y le ofrecí mi güevo al chico. Este se agachó; era neófito, como después supe y entonces intuí, pero no por ello demostró menos ganas y no ser un vicioso, como era.

Goloseó el glande, con el que jugueteó un buen rato. Pero yo tenía otra idea: le hice dar la vuelta y, con el rabo bien engrasado de su saliva, y lubricándole el agujero del culo chupándoselo a placer (¡como se retorcía el maricon cuando le metía la lengua!), le enterré mis veinte centímetros, primero poco a poco, después con ganas, hasta hacerlo aullar de placer...

Tras un buen rato largándole emboladas, noté que acababa. Se lo saque y él supo enseguida qué es lo que quería hacer: se dio la vuelta y atrapó mi güevo en su boca; el primer chorro lo sorprendió por la fuerza, pero enseguida le cogió el gusto y empezó a mamar como un becerro, hasta que me dejó seco.

Aquella no fue la última vez que Alberto, que así se llama el chico, vino a traerme los paquetes del súper... y su propio "paquete".

sábado, 18 de octubre de 2008

domingo, 12 de octubre de 2008