viernes, 15 de marzo de 2013

Un sueño... un deseo.... ¿una posible hermosa realidad?

Al parecer solo una de mis maestras, que de hecho al paso de los meses se convirtió en mi amiga, se dio cuenta de lo que pasaba con mi cuerpo, mi mente y mi mirada cuando estaba frente a él. Si ese hombre maduro, cómico, canoso, moreno, pero si con una personalidad que a mí me parecía y hasta ese minuto me parece magnética me atraía en diversas formas: Intelectual, educativo, amistoso, y sobretodo físico, sexual, sensual y pasional, es un hombre mayor que yo y me fascinaba estar en sus clases, como me sentaba en frente de él cuando pasaba lista de asistencia le veía su herencia mexicana, que a simple vista se me antojaba delirante. Pero no hablare de él, contare lo que me pasaba con mi profesor de educación física, aunque en otros países conocerán esta asignatura como deporte, acondicionamiento físico, en fin. Él es un hombre que tampoco es el clásico galán de telenovela o excitante protagonista de películas XXX, es un joven alrededor de 10 años mayor que yo, heterosexual, casado, carismático, respetuoso, un buen profesor. Es relativamente guapo, pero repito no es el galán por el que todas y todos babeamos. No les voy a decir su nombre verdadero, pero lo bautizaré como.... Fernando... sí Fernando me parece una buena opción de nombre, me tocaba clase con él dos veces a la semana siempre he odiado los deportes pero no a quienes los practican o en este caso no odiaba ni odio a quien me "instruía", por el contrario era una delicia para mi verlo subir y bajar las escaleras rumbo a nuestra aula de clases porque se le movían tan bien esos maravillosos glúteos. Les contare como soy y era por ese momento, soy un chico que tiene sus kilos de más, pero que si se lo propone obtiene músculos de manera fácil, velludo, moreno claro, ojos cafés, me defiendo, o al menos eso creo yo. Siempre fui el santito de mi clase, no sé si por gusto, por obligación, pero me hacía sentir bien tener buenas calificaciones y esforzarme antes de los periodos de exámenes porque era cuando mis compañeros se desvelaban y hasta me reía de sus caras de sueño, bueno también tenía que ver que se embriagaban de una forma que da miedo, no soy del todo social aunque ahora que retome mis estudios luchare por salir más. Bueno hasta ahora he contado lo comprobable de mi vida, pero ahora relatare lo que solo pocas personas saben, aquello por lo que me he pajeado bastantes veces....Abandonare la firmeza de la realidad para aventurarme en mis deseos reprimidos, en las sensaciones que tiene dormidas mi piel, en la sed que tienen mis labios por tocar a los de mi ser amado. Han pasado ya cuatro años desde que salí de bachillerato, era una escuela privada, pensaran que soy el clásico fresa, pero no, soy un poco retraído, tímido, bueno también soy extrovertido en algunas áreas y/o facetas de mi vida, he trabajado duro en el gimnasio para acabar con mis kilos de más, situación bastante complicada porque la comida mexicana es adictiva, pero gracias a Dios, a la disciplina y a que como estudiaba y me desvelaba mucho más bien me la pasaba queriendo dormir en vez de comer, soy un chico de 22 años que salé con sus amigos casi cada fin de semana, un estudiante de derecho que está a punto de graduarse con Mención Honorifica, resulta que tengo varios amigos que salieron en generaciones posteriores a la mía de mi liceo, y resulta que mi maestra-amiga me invito a la graduación, a la cual acepte gustoso de asistir, la fiesta iba a ser un viernes del mes de julio y me emocionaba la idea de ir a una graduación de bachillerato donde estudie que no estuviera marcada por sucesos dolorosos como lo estuvo la mía. El caso es que llegó ese viernes y ya estaba listo para comenzar a arreglarme, tome una ducha y como llevaba semanas sin afeitarme decidí darle una arregladita y me la deje de candado le di una cortada para que luciera mejor, me puse unos bóxer verde seco que combinaban con el color de mi camisa y de mi franelilla, una corbata en tonos negros, plateados y esmeraldinos, calcetines negros y el respectivo calzado bien lustrado, no sin antes ducharme de nuevo en mi loción preferida con traje azul marino, y ya cerca de las 20:45 horas (8:45 de la noche u 8:45 PM) yo estaba listo, la cita era a las 21:30 horas (9:30 horas), pero como ya saben cómo es el venezolano pues la CENA-BAILE comenzaba alrededor de las 22:00 horas (10 de la noche), llegue a buen tiempo porque lo carros aun no abarrotaban el estacionamiento, entregue mi pase de entrada al jefe de seguridad del salón donde se realizaba el evento y busque el asiento que me correspondía el cual no estaba lejos de una ventana porque el verano en venezuela suele ser caluroso. Comenzó el lugar a llenarse y llego mi amiga que me invito junto con una de mis compañeras de generación y quedamos que ella sería mi pareja de baile, tenía tres años que no la veía y lucia preciosa esa noche, con su vestido rojo pegado al cuerpo que le daba un aire de Diva, sin dejar de ser y verse sencilla, mi hermana como le digo de cariño me abrazo al verme y le di un beso en la mejilla al igual que a nuestra maestra. -Maestra ahorita te lo traigo- dijo mi hermana agarrándome de la mano y llevándome a un zona más iluminada y solitaria por el momento. -Está bien, déjenme sola como a la perra- nos contestó la maestra entre resignada y divertida -Epale, tengo ya tres años que no te veo y estas muy cambiado- me miro con sus penetrantes ojos castaños llenos de curiosidad y algo más oscuro- estas delgado- dijo apartándose de mí y aproximándoseme de nuevo dijo- valla que bíceps tienes ¿Te volviste vigorexico?- me pregunto sin durarlo un solo segundo -Realizo mucho ejercicio no te lo voy a negar, pero no soy vigorexico- le dije orgulloso de mi nuevo físico mientras me daba una vuelta ante ella. -Valla que tienes retaguardia - me dijo ella al tiempo que me vapuleaba el glúteo derecho- quiero volverme una criminal- me dijo ella sin reparo alguno. -¿Volverte criminal?, ¿estás loca?- le pregunte incrédulo. -Si ¿qué acaso el incesto no es un delito?- me pregunto ella mirándome seductoramente y mordiéndose los labios -Sí, en efecto lo es- respondí yo incomodo, molesto y un poco acalorado.- No juegues- le dije yo un poco en mi papel de futuro abogado. -Está bien- dijo ella resignándose por el momento- pero voy a pecar de lujuria contigo, ya lo veras, ya lo veras- me tomo del brazo y me devolvió a nuestra mesa. El evento comenzó, se dio el brindis, y el vals con los padres, amigos y familiares, después empezó el banquete que era una deliciosa muestra de pollo en diversas presentaciones como a la plancha o bañado en crema acompañado de pastas como tallarines, spaghetti, macarrones entre otras y ensaladas de diversas composiciones. Cuando ya la música comenzó mi hermana y yo fuimos de los primeros en irse a la pista porque a ambos nos fascina bailar, entre que se nos unían más bailarines comenzaron las canciones del genero merengue, que no son mi fuerte pero si el de mi amiga, dieron paso a las baladas y nos tuvimos que abrazar, cuando en un giro nuestras cabezas se encontraron con la de él y la de su esposa, si me refiero a Fernando, me paralice al verlo, estaba radiante con su traje negro, su corbata color coral y su camisa blanca, me dio hambre, un hambre que no sentía desde que la última vez que lo vi, hambre de él. -¿Nos acércanos a saludar al Profe Fernando?- me pregunto mi interlocutora muy impresionada también por el Profe. Pero cuando alcance a reaccionar ellos estaban frente a nosotros. -Diego y Jazmín que gusto me da verlos aquí- Nos dijo Fernando al tiempo que abrazaba y besaba a Jazmín en la mejilla y a mí me daba un apretón de mano y un abrazo fuerte- ¿Quién los invito para agradecerle?- Nos preguntó el- Ya se quien la Maestra Muñiz verdad- se respondió. -Sí, así es- le respondió Jaz quien para mi mala suerte se recuperó más rápido que yo de la sorpresa- Ya sabe que ella más que nuestra maestra es nuestra amiga. -Querida socia lo querramos o no, compartimos las dos al mismo hombre Querida socia tú eres la noviecita, la recatadita, yo la amante sin nombre... -Les presento a mi esposa Milagros- al oír el nombre de mi socia fue que reaccione, ella lucía muy bien estaba guapa con un vestido negro que contrastaba con su piel un tanto pálida y su cabello rubio. -Encantada de conocerlos- Nos sonrió y nos estrechó la mano- Mi marido me ha hablado mucho sus alumnos, en especial de ustedes dos, vaya que les sirvió los que les enseño mi marido en su tiempo de alumnos porque ambos están muy bien-nos dijo ella muy contenta de vernos ahí mientras yo pensaba que aun MI PROFE no terminaba de enseñarme todo lo que deseaba de el. -Sí y casi todo mundo tiene una socia- dije sin evitarlo y mirando a los ojos a mi Fer que me devolvió la mirada sorprendido y a la vez pícaro. Estaba celoso de la mujer que estaba a su lado. - O un socio bro, o un socio- dijo Jaz claramente celosa -Bueno ¿qué aún no superan eso?- dijo Fernando claramente incomodo- -Después de eso me lamí y mordí el labio retando a Fernando a que dijera algo al respecto. -Tu también- me dijo Fernando con tono cabreado-Pensé que tu defendías al género- dijo mirándome con algo parecido a la lastima. -Lo defiendo si tiene razón, pero en tu caso no Profe, en tu caso no- negué con la cabeza -Me rindo- dijo no del todo convencido- Tres a uno cuando les gano- Pero mi mirada atrajo la suya y vi en ella una extraña mezcla de emociones, no tenía ganas de que se rindiera en el campo de batalla Pero el campo de batalla en el que lo deseaba no era precisamente esa pista de baile, tranquilo tienes que controlarte, me reprendí mentalmente, mi mente estaba muy activa pero el rumbo de mis pensamientos no eran del todo tranquilos y buenos y mientras miraba sus ojos, sentí que mi mente daba órdenes para mostrar físicamente mi excitación situación que me incómodo. Sentía que mi piel ardía de deseo por sus caricias, que mis labios morían si no tocaban los suyos, ese hombre me fascinaba me fascinó desde que lo conocí y a pesar del tiempo aún tiene poder sobre mí maldición. -Bueno cambiando de tema ¿Qué están estudiando?- Nos preguntó el más tranquilo -Derecho- respondí adelantándome a Jaz mientras ellas me daba un golpe en las costillas que me saco el oxígeno. -Que caballeroso bro, yo estoy estudiando música- respondió ella de lo más linda -Lo bueno que tú eres una incorruptible doncella- comente entre mareado y desmayado -¿Estas bien Diego?- Me pregunto Milagros preocupada- Amor deberías revisarlo- sugirió ella a Fernando. -No es necesario- dije incorporándome en la búsqueda de una postura más digna, aunque deseaba que el Profe siguiera la indicación de su esposa, es decir, mi socia- Me encuentro mejor, requiero sólo un poco de descanso y en unos 10 minutos estaré como nuevo- Tome de la mano a Jazmín y ella me miro apenada. -Espero verlos por aquí otra vez- Dijo Jaz para despedirse aunque fuera de momento -Nos vemos- respondió Fer mirándonos a ambos pero su mirada estaba más encendida conmigo. Llegamos a nuestra mesa que afortunadamente estaba vacía y al sentarnos Jaz dijo- ¿Estas bien de verdad? ¿No te lastime?- me acaricio el costado del tronco. -Estoy bien de verdad, pero si te pasaste- le dije molesto -Si pero agradece a Dios y a mí porque de no ser por ese golpe hubieras roto el pantalón con tremenda erección- soltó ella su comentario sin molestarse en bajar la voz -¿Qué estás diciendo?- Pregunte sorprendido por lo astuta que era mi Jazmín-¿Cómo te atreves a decir algo así? -Lo digo porque es la verdad, no solo la maestra Muñiz se dio cuenta que te tragabas con la mirada a Fernando cuando estábamos en el liceo, me fije porque éramos rivales por así decirlo- la escuche decirlo atónito -Pues sí es verdad me encantaba y aun me gusta- reconocí muy incómodo y asqueado de mi persona- Creí que era más hábil para disimular- exclame sin pensarlo -Claro que eras hábil, pero tu amiguito no- miro hacia mi entrepierna- Antes tu no me latías físicamente y Fernando sí, sabía que si te daba muestras de interés por tus huesitos no dudarías en tener algo con él, eres muy romántico, sí, y todo un caballero, pero llevas la sensualidad y sexualidad a flor de piel, eres como yo. -Tienes razón- sonreí de manera cómplice- ¿Te diste cuenta de cómo nos miró Fernando?- le pregunte ansioso -Sí casi nos desnudaba con la mirada- sonrió- pero con quien de plano no tuvo recato alguno fue contigo, su forma de mirarte me dio miedo- comento mientras se estremecía- Tengo un plan en mente-dijo picara -¿Qué estas tramando?- inquirí intrigado -Te acuestas con él y me cuentas si te gusto, para ver si nos montamos un trío- dijo ella de lo más natural -Acepto- dije sin dudarlo- pero ¿Cómo le hago para tener sexo con Fernando?- pregunte más a mi persona que a Jazmín- déjalo en mis manos- Me puse de pie. -¿A dónde vas?- me pregunto Jaz -A dónde vas tu sola- respondí yo y me dirigí al servicio. Camino a los baños me encontré con antiguos maestros que me impartieron clase, otros que no así como jóvenes y señoritas que se graduaron una o dos generaciones antes que yo. Ya en el baño entre a un cubículo a terminar un proceso digestivo, mientras escuchaba las voces de hombres que entraban y salían del recinto masculino, voces de las cuales unas identificaba y otras desconocía, y entre las que identifique estaba la de Fernando -Que se valla rápido, que se valla rápido- decía en silencio, rogando para que no se diera cuenta que estaba ahí, a unos metros de él las voces se iban apagando mientras yo contaba los segundos para que salieran todos, estaba sudando y eso que no batalle para hacer lo que había hecho, las voces finalmente se apagaron y el ultimo portazo se escuchó y conté regresivamente del 50 al 0 y como no me decidí volví a contar pero esta vez desde el 100, cuando iba en el 25 se escuchó una canción muy rítmica para desperdiciarla y decidí salir ya del cubículo. -Me dirigí a la zona de los lavamanos para aseármelas cuando escucho una voz que provenía de una especie de sala de estar donde esperan que se desocupen los cubículos -Empezaba a preocuparme que tardaras en salir del cubículo- dijo la voz de mis sueños-¿Padeces de estreñimiento?- Me pregunto mientras contemplaba su reflejo en el espejo. -No- respondí simple y sencillamente-¿Y tú que haces aquí?- le pregunte desviando la conversación hacia el -Vine a revisar tus costillas mi esposa me estuvo insistiendo mucho- me dijo mientras se acercaba a mí- tanto que acabo por convencerme- dijo él -Dale las gracias a tu esposa, es muy buen detalle que se preocupara por mí, pero como veras estoy muy bien- dije yo con intenciones de rechazar su cercanía- Así que con tu permiso me voy a bailar- y me dirigí a la puerta -Ya veo que estas...- hizo una pausa- muy bien- me miro descaradamente de arriba a abajo-pero como profesional del deporte es mi deber revisarte- concluyo mientras me impedía el paso. -No es necesario, habrás sido mi profesor, pero ya no tengo porque obedecerte- dije retadoramente- -No soy ya tu profe, pero aun así soy tu mayor y me debes respeto muchachito- enfatizo la palabra muchachito cosa que me encabrito -Con permiso- dije apartándolo -Aquí te quedas- y me lanzo contra la pared lo que causo que me golpeara de nuevo las costillas y la rodilla izquierda para completar el cuadro clínico -Maldito cabron- exclame adolorido- ¿por qué me avientas idiota? -Más respeto muchachito y quítate saco, camisa y corbata- ordeno mientras me tronaba los dedos- rápido muchachito- Tan enojado y adolorido estaba que no pude defenderme, así que me empecé a quitar la ropa, lo miraba enojado pero una parte me decía que me estaba desnudando para él, para mi hombre, pero la otra me decía que el tenía que revisar bien los golpes, pero me desnudaba para él, era una lucha terrible, lo vi sorprenderse del trabajo de mucho años de sacrificio, mi espalda ancha hombros igual, pectorales y abdomen cincelados, cintura estrecha, en fin un cuerpo construido con gimnasio y muchas horas sin dormir. Se acercó y empezó a tocar mis costillas, era un apretón fuerte pero soportable -Bien, muy bien- decía mientras me rodeaba con sus brazos- has hecho buen trabajo con tu ´cuerpo te felicito-dijo en un tono que no se si era de interés profesional o de macho sediento de sexo, sus tacto se volvió más pausado- más erótico. Situación que me puso con la calentura un poco elevada y otra cosa también Sus manos eran tan fuertes y a la vez tan suaves, era una tortura o un alivio el sentirlas sobre mi piel, era algo maravilloso algo infernal, algo bueno y algo malo todo lo que me provocaban esas manos era adictivo, no quería cerrar los ojos pero estaba a punto de hacerlo, su manera de trasmitirme su calor era única, Cuando estaba a punto de empezar a dejarme llevar me dice- Bien, muy bien las costillas están de maravilla- me acaricio los pectorales y afortunadamente reprimí un gemido y el estremecimiento- Es el turno de la rodillas, así que quítate el pantalón- me dijo como si nada -Pero puedo subirme el pantalón, me golpe la rodilla nada mas- dije en un intento de cortar mi erótica situación. -Puede haber músculos comprometidos- dijo el con el semblante extraño y sin querer, bueno si quería me fije sin que él se diera cuenta en su bragueta y la vi tensa lo cual me conformo que no le era indiferente del todo -Está bien me quito el pantalón pero en un cubículo que aquí puede entrar la gente y vernos en una situación que se presta a diversas interpretaciones- comente esperanzado en que desistiera -Tu ganas - me dijo el sin poder evitar mojarse el labio y mirarme con deseo ni poner su mano en su bulto prominente. Agarre la ropa que me quite y nos fuimos al cubículo más alejados del bullicio principal del baño, era un cubículo amplio, tanto que podrían sostenerse relaciones sexuales cómodamente y ese pensamiento no hizo sino terminar de enducer mi miembro No sin vergüenza abrí el cinturón y el pantalón así que al quitármelos me quede solo con mi bóxer y medias -Que bonito bóxer- me dijo mi hombre tocando el elástico de los mismos mientras se aflojaba su cinturón y su pantalón que al caer al suelo revelaron unos bóxer negros bastante húmedos -creo que se me verían mejor a mí que a ti -dijo el prácticamente fuera de control -¿Te duelen las rodillas?- me pregunto el recordando porque estábamos ahí encerrados -Un poco- le dije entre suspiros ya no podía más necesitaba que me hiciera suyo -Voy a revisarte- y sin más aviso descendió a mis rodillas y las toco pero esta vez con lengua y sus labios, era como sentir un carbón encendido sentí un tremendo calor en la parte que tocaban con sus labios, cerré los ojos y me deje llevar por las sensaciones de mi cuerpo, continuo un rato así para cuando abrí los ojos ya estaba solo con el bóxer- Quítate los zapatos - a lo que yo obedecí más rápido que un respiro. -Mírame- se acercó a una lámpara de techo y lentamente dio la vuelta para que lo viera, era un hombre hermoso, con su pecho cubierto de vello castaño, de hombros anchos y piernas lampiñas sentí que me derretí con tan sólo verlo, me atrajo hacia él y me susurro al oído- Estas muy transformado, siente como me tienes, siente como te deseo- llevo mi mano en dirección de su pene y sus testículos y los tocamos por encima del bóxer- Quiero hacerte el amor, quiero grites mi nombre entre suspiros- continuo su susurro en mis oídos yo tenía los ojos cerrados quería dejar que su respiración, su voz y su aliento resbalaran por mi piel como el agua con la que me baño. -Fernando detente por favor- dije entre suspiros- no quiero que hagamos algo de lo que nos podamos arrepentir el resto de nuestras vidas- lo mire a los ojos que en ese momento solo emitían palabras como: deseo, caricias, besos, piel, tú y yo, intimidad, libertad, voluntad, contacto… -¿Estás seguro de que quieres detener esto?- me acariciaba los glúteos por debajo del bóxer con su mano derecha y con la izquierda impregnaba mis dedeos de su néctar, era un momento de orgasmo, sentir con mi mano su virilidad y su mano masajeando mi trasero fue algo que me sobrexcito.- Aunque me ruegues sabes que no me voy a detener, tu tampoco quieres que lo haga, siempre supe que te gustaba, me encantaba que vieran en el colegio el movimiento de mis nalgas, también me gustaban las tuyas pero eras mi alumno, pero ahora no hay impedimentos para vivir nuestro deseo bésame mi niño, bésame mi Diego hermoso- Escuche lo que me dijo, pero en vez de asustarme solo atizo la hoguera de mi pasión por su cuerpo, solo veía como sus labios se movían, esos labios tan carnosos, tan sensuales con ese tono rosa que me fascina y lo bese, el sentir sus labios contra los míos fue el detonante para que las escasas conexiones neuronales que tenía en ese momento terminaran de estallar, solo me dejaba llevar por lo sentía mi cuerpo, mi sexo, lo que me pidiera Fernando yo era capaz de hacerlo en ese momento. De principio fue un beso tierno, aquel beso que se dan don viejitos que ya están por morir y se despiden físicamente el uno del otro, o uno de esos besos que se roban cuando se es niño, fue un beso inocente que reconfortaba el alma y el espíritu, que te hacía constatar que la raza humana es muy afortunada de poder tener la noción de que experimenta todo eso sin olvidarlo, de ser la fusión consiente de mente, cuerpo, espíritu, alma y ser. Pero como era lógico ese beso debía tomar fuerza hasta ser ese beso apasionado que refleja la ansiedad de dos cuerpos por fusionarse, por experimentarse, por acoplarse, convertirse en uno solo, ese beso que aniquila los escasos prejuicios morales que se puedan tener en ese momento, era un beso en el que sólo se tenía que luchar por no morir, por no dejar de sentir, de entregar todo lo que hay en ti a esa persona que te lo está dando todo a su vez. El mundo prácticamente se detuvo en esos momentos que jamás olvidare, mientras nos besábamos el bajo mi bóxer mientras apretaba con fuerza mis glúteos, no pude evitar gemir entre sus labios, eso sirvió para que nos pegáramos más, para no quedarme atrás yo baje su bóxer y agarre con una mano su virilidad completa, situación que lo saco de orbita porque así, nuestras herencias estaban haciéndose el amor ellas también, el sentir su mástil contra el mío y sus bolas danzar al lado de las mías era algo fuera de toda comprensión humana posible, algo míticamente griego. -¿Por qué no viniste a mis brazos antes Diego?- me inquirió Fer cuando se separó de mis labios para poder respirar - ¿Por qué no me buscaste tú?- le respondí con un cuestionamiento, mientras el me aprisionaba entre sus brazos, yo masajeaba sus testículos que estaban hinchados de tanta emoción que experimentaba su dueño en ese momento.- Quiero darte placer con mi boca- le dije sin recato alguno- -Y yo estoy deseoso de que me lo des, bésame el cuellos, el abdomen y después me amas con la boca si tú quieres- Me dijo cachondamente- después te voy a dar tu recompensa lechera ¿quieres?- me pregunto acariciándome. -Sí, sí quiero Profe, quiero que me enseñe a complacerlo-dije con voz infantil Y eso fue lo que hice bese su cuello, después su abdomen que aunque no esta tan definido como el mío, es apetecible y después de oler ese delicioso caramelo de carne masculina con nada de miedo y si con un apetito voraz lo lamí como el más suculento dulce que había probado en el mundo lo cual era un tanto cierto porque tenía un sabor ligeramente dulce. -Vióleme la boca Profe- le dije en tono suplicante -Como ordenes- me dijo con un aire de macho complacido. Y eso fue lo que hizo me violo a su plena voluntad, variaba la velocidad de un forma deliciosa, había momentos en que golpeaba constantemente mi mentón con sus testículos y otros en que era una leve caricia, pasaron alrededor de 10 minutos cuando se vino de una forma abundante, mentiría si les digo que me traque todo ese semen que aparte de que tenía muy buen sabor, este era muy espeso, por lo cual tire un poco en el cesto de basura que había cerca de nosotros. -Quiero amarte por el ano, pero ya pasamos mucho tiempo aquí- dijo mientras se vestía rápidamente, lo que yo hice a mi vez. -Lo dejaremos para otra ocasión Fernando- lo bese por última vez esa noche-Sal tu primero de aquí- le dije e inmediatamente accedió a cumplir mi petición. Ahora que de verdad estaba sólo me puse a pensar en lo que había hecho y en todo lo que estaba por ocurrir, sentía un dolor los testículos porque no había eyaculado, pero eso lo dejare para cuando me vuelva a ver con mi hombre. Salí de ese lugar y me dirigí a la mesa donde estaba Jazmín platicando con unas amigas de ella al verme me miro a los ojos yo seguí de largo y salí al jardín para tomar un poco de aire, espere un buen rato hasta que Jazmín llegó. -¿Por qué te tardaste tanto en salir? Vi a Fernando salir de los baños también….- suspendió su comentario y abrió los ojos sorprendida- ¿Te atreviste a tener relaciones con el aquí en el salón?- me pregunto asustada -Bueno- no sabía cómo explicarle lo que paso en el baño- Lo conozco desnudo y el a mí, pero no tuvimos lo que se dice relaciones, más bien le hice sexo oral, aunque claro que me sentí en la gloria ya tenía 6 años queriendo darle una buena probada a su pene- dije satisfecho de mi hazaña- y me dijo que quería tener relaciones conmigo, cosa que yo acepte- concluí con una sonrisa radiante. -Uyyyyy, con esto acabas de superar mis locuras- dijo un poco ruborizada- mira que hacerlo en un sitio donde hay personas que nos conocen a los tres, prácticamente en público… te admiro amigo, te admiro- concluyo mi interlocutora con una descarada sonrisa. -Sí, sé que me admiras y prepárate porque pronto vas a tener a dos hombres para ti sola- le recordé mordazmente. -Uyyyyy, ya casi me ganas la apuesta- exclamo Jazmín asustada por la idea de tener que satisfacer a dos hombres.

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