sábado, 1 de marzo de 2008

Que tal... Danilo

Cuando tenía 21 años, falleció el cuñado de mi padre, como fue en vacaciones mi mamá que quería mucho a mi tía me dijo quédate unos días con ella para que no se sienta sola a pesar que tenía un mayordomo y una cocinera, pero mi madre insistió diciendo que el no era parte de la familia sino un empleado. Bueno mis padres regresaron a casa después del entierro de mi tío. Mi tía gozaba de un bienestar económico ya que el difunto le había heredado mucho dinero y bienes. Desde que había llegado no había visto al dichoso mayordomo, ya que justamente esos días que mi tío falleció él estaba libre, mi tía me dijo mañana llega Dan, por si tienes que irte, no le dije nada solamente pensaba en cómo sería, me lo imaginaba gordo y viejo, en resumidas cuentas un viejo normal común y corriente, pero qué equivocado estaba. Yo estaba durmiendo cuando siento que alguien golpea la puerta de mi cuarto y entra, miro el reloj que estaba en la pared y eran las 10 de la mañana y escucho una voz varonil que me dice ¡Buenos días joven! Disculpe la molestia pero su tía me ha encargado que lo despierte para que lo acompañe al jardin para revisar algunos documentos, lo miré y pregunté ¿quién eres? Mi nombre es Danilo soy el mayordomo de su tia, no podía creer era un chico de 25 años según después me lo dijo bastante alto 1.90, rubio de ojos verdes, más que ser el mayordomo de la casa parecía el dueño, pensé que estaba soñando, él solamente me miró y dejó una bandeja con el desayuno en la mesa y se fue.Después de acompañar a mi tía al jardín traté de ubicarlo, la verdad es que me dejó impresionado, como no lo pude ubicar me fui a mi cuarto para descansar total igual en algún momento le vería, y cuando me dirijo hacia el cuarto me doy cuenta que está abierto el cuarto que había tenido mi tío los últimos días que estuvo enfermo y cuál es mi sorpresa veo a Danilo arrodillado frente a la cama con la ropa de mi tío en sus manos y estaba llorando, entro, le toco el hombro él se asusta y trata de salir pero se lo impido colocándome frente a él, me abraza y sigue llorando, entre sollozos me cuenta que él le había recogido de la calle ya que por culpa de la droga había dejado a su familia y andaba vagando por las calles y mi tio lo llevó a un centro de rehabilitación y después se lo llevó como mayordomo de la casa y lamentaba no haber estado en sus últimos momentos, después que se calmó se fue para el jardín y yo a mi cuarto. Dani, me pareció un tipo muy simpático, yo quería que mi tía estuviera más acompañada, para poder irme más tranquilo aunque francamente me gustaba estar cerca de él, la verdad me sentía muy atraído y me daba un poco de vergüenza ya que se daba cuenta. Cierta mañana ella me envía con él al jardín a buscar unos documentos que le debía enviar el contador para firmarlos. Ambos como si nos hubiéramos puesto de acuerdo fuimos con pantalones cortos, tenía unas piernas estupendas y yo no me quedaba atrás, subí a la camioneta, me sonrío, se recogió su melena rubia, y empezó a manejar. De repente lo miro y veo que se estaba tocando su pantalón y pasándome un brazo por mi espalda, me dijo que seríamos buenos amigos. Yo lo miraba de reojo y él seguía tocándose algo que le crecía cada vez más en sus shorts, parecía como un pepino gigante, él sonreía, prontamente llegamos a los jardines retiramos los documentos y regresamos a casa. Mi tía se había sentido muy mareada según nos dijo la cocinera y estaba recostada y no quería ser molestada y la cocinera aprovechando me pidió permiso para salir donde su hija ya que se encontraba enferma y quería visitarla, le dije que fuera, mientras veía televisión e invité a Dan, me dijo que no porque la señora se enoja, yo le dije que no se preocupara por que ella esta durmiendo, finalmente aceptó, en ese momento supe que mi vida cambiaba, quería seguir mirando su pantalón. Él sentado con las piernas bien abiertas me invitaba a mirar el espectáculo más maravilloso que jamás había visto, en cierto momento me paré de mi asiento y le dije me duele un poco la espalda me puedo sentar en el suelo entre tus piernas y me das un masaje en los hombros para relajarme, yo mismo me sorprendía conmigo mismo por lo que decía y hacía. No dijo nada, yo me senté entre sus piernas a mirar la tele y me pareció que me apretaba un poco con sus rodillas, y luego las soltaba abriéndolas, cuando esto ocurría yo me acomodaba más atrás, más pegado hacia él. Podía sentir en mi cuello su miembro, él con su mano me acariciaba el pelo, y yo sentía en mi cuello como su miembro latía. En un momento lo miré para sonreírle y vi que tenía todo ese tremendo pene afuera apuntándome, yo me asusté, pero no pude ver más su cara tenía delante de mí un trozo de carne que palpitaba cerca de mi boca, me mojé los labios.Como sediento, y sin darme cuenta él con una de sus manos de hombre endereza su verga hasta que tocó mi boca, le di un suave mordisco en la punta de su cálida cabeza, y como si tomara un helado fui lamiendo todo ese maravilloso monstruo que medía 25 centímetros y muy grueso. Él se acomodó mejor me hizo dar vuelta y así arrodillado delante de él comenzó a mover su cintura para adelante y para atrás, metiéndomelo y sacándolo rítmicamente, me tomó la mano, la llevó hacia la verga y me hizo apretársela mientras seguía con los movimientos cada vez más rápidos, después empezaron a ser más lentos me miró a los ojos, y me lo sacó de la boca. Yo tenía toda la cara mojada por sus líquidos y mi saliva, frotaba su pene en mi cara, sonreía y me dio unos golpes con ella, sonrió de nuevo y me abrió la boca con un dedo, yo chupé ese dedo como si fuera su verga, pensé que eso quería, pero no me guiña un ojo; empezó a frotarse muy fuerte en mi cara y me la metió en la boca, casi entera, casi hasta la garganta y sentí su liquido espeso y caliente inundando mi boca. Dan se quedó con los ojos cerrados yo tragué su leche, para poder seguir chupando, pero noté que se ablandaba su tremenda verga, se la limpié, primero con los labios, después con las manos hasta que quedó limpia, la guardó en sus shorts, casi no entraba porque a pesar de estar más blanda, era enorme, y seguimos viendo la tele, pero esta vez él comenzó a meter su mano por encima de mi bragueta, yo estaba muy caliente, me bajó el cierre y jugaba con mi verga y tocaba mis bolas, me miró y me dijo: deja que te lo haga yo ahora y me paré cayendo mis pantalones, me miró y dijo lo tienes muy grande y más grueso que el mio, y de un solo golpe se lo metió en la boca, lo chupaba tan suavemente que casi me hace acabar, la verdad lo hacía muy bien. Después de un rato se levantó y me dijo quiero que me lo metas, le dije no porque puede aparecer mi tía, entonces él me invitó a su habitación, estaba tan excitado que acepté. Apenas llegamos a su habitación nos desnudamos y me lo chupó nuevamente y cuando estuvo bien lubricado se lo metió lentamente quejándose un poco, me sentía en las nubes, poco a poco se lo metió completamente y cabalgaba mientras se masturbaba, ambos gemíamos de placer, pero él se detuvo y me dijo ¿quieres sentirlo dentro de ti?, No me hice de rogar mucho y él se acostó de espalda con su guevo bien parado se lo lubriqué un poco mamándoselo para luego metérmelo suavemente, mientras me daba la tarea de hacerlo, él me toma por las nalgas y me lo hundió hasta las bolas, sentí un tremendo dolor, pero poco a poco mientras cabalgaba se fue pasando. En un momento que estábamos a punto de acabar me dijo ¡cabalgas tan rico como tu tío! Eso me sorprendió un poco y mirándolo a los ojos le dije ¿lo hacías con mi tío? Algunas veces cuando él se sentía muy excitado venía a mi habitación y ambos nos cojiamos, también lo tenía grande y me hacia gozar mucho, te voy a hacer una confidencia, él me hizo conocer el sexo con hombres y la verdad no me arrepiento porque es muy rico… no alcancé a decir nada porque sentía mi hoyito inundarse por su leche, yo seguía masturbándome para acabar también pero me dijo no todavía, y me hizo levantarme de su guevo caliente y se puso en cuatro patas y me dijo quiero que acabes dentro de mí.Sin dudarlo se lo puse en el culo y fue él quien se encargó de metérselo echándose hacia atrás, hasta que lo tomé de la cintura y se lo metí fuertemente, no duré mucho porque estaba tan excitado que derramé toda mi leche dentro de sus entrañas, mientras él acababa nuevamente. Luego nos sentamos en la cama a fumarnos un cigarrillo y me contó que fue el amante de mi tío durante 2 años.
Finalmente me quedé "acompañando a mi tía" 1 mes y medio y con Dan lo hacíamos casi todos los días, en el jardin, en el río, en la casa por supuesto que era de noche y toda la noche. Desde mi que me fui Dan me llamaba casi todas las noches…

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